Cuaderno de Bitácora. 3ª Semana

Semana 3

Sumergido en mis lecturas aventureras he decidido comprarme tintero, palillero y un juego de plumillas con las que pretendo imitar la caligrafía del capitán Smollet, personaje de la novela que me transporta hacia los mares del sur
Después de más de 12 horas y gracias a los vientos que me entran por la aleta puedo mantener rumbo y velocidad. Creo que mi derrota me conducirá, si no cambian las circunstancias, a pasar por el canal entre Tenerife y Gran Canaria pero eso será a partir de la próxima madrugada del sábado.

El parte meteorológico me aconseja en este inicio de semana virar hacia sureste y hacia allí voy, evitando tropezarme con las islas Salvagens, que no conocía de su existencia y que aprovecho su vecindad para ilustrarme.
Las islas Salvajes (en portugués: Ilhas Selvagens) son un archipiélago formado por tres islas principales y varios islotes, situado en el Atlántico septentrional, entre las islas Madeiras (de las que distan 280 kilómetros) y las islas Canarias (a 165 kilómetros). Es parte integrante de la Región Autónoma de Madeira, Portugal.Consta de dos grupos principales: el del norte y el del suroeste. En el del norte está la isla Mayor o Salvaje Grande (Selvagem Grande): ésta, de forma aproximadamente rectangular, tiene kilómetro y medio de largo por kilómetro y medio de ancho, con costas muy escarpadas que dificultan el acceso a ella. Por su parte, el grupo del suroeste está formado por dos islas pequeñas: la Pitón Grande (Selvagem Pequena) y la Pitón Pequeña (Ilhéu de Fora), así como varios islotes.
Este cambio de rumbo me ha obligado a desplegar el spi. Veremos cómo lo manejo.

No hay dos jornadas idénticas y esta última me ha demostrado que queda mucho por asimilar. La dependencia del viento y sobre todo la destreza del patrón determinan la elección del mejor rumbo. Y yo, sin considerar las observaciones de Atalayón sobre la preferencia de la derrota loxodrómica sobre la ortodrómica, términos que hasta ayer desconocía, tiré por el camino, en teoría más corto, y escogí sur hacia Gran Canaria. Craso error como verifiqué cuando mi compás me anunciaba velocidades demasiado pausadas y como consecuencia la corredera no avanzaba con la celeridad que hubiera preferido. Cuando cruce el canal entre las islas de Tenerife y Gran Canaria volcaré el rumbo a poniente si la meteo me lo aconseja. Mientras sigo agarrado al spinnaker intentando incrementar mi velocidad.
En el lado optimista he recibido, bueno todos las embarcaciones, un kit de reparación de velas por parte de la Organización como compensación de los fallos que se sucedieron en el suministro de los partes meteorológicos. ¡Bienvenido sea! De otro lado, o mejor de la orilla guanche, he pasado a menos de 20 millas de la costa, he percibido la imponente silueta del Roque Nublo, rey de las alturas de estos lugares y la voz de los Sabandeños me ha resonado cantando a su mágica montaña mientras observaba su coronación. También me ha aportado esta lenta navegación el tiempo necesario para seguir leyendo La isla del Tesoro conduciéndome a lugares exóticos y a situaciones comprometidas acompañando al grumete Jim.
Estas últimas 48 horas han sido de vientos portantes del nordeste muy favorables para avanzar. Los 15 nudos han marcado el registro medio de la corredera. Con este empuje hemos tenido tiempo de platicar y mejorar en nuestro conocimiento mutuo. Atalayón, como marino experimentado, no para de hacerme observaciones cuando comprueba que mi ímpetu intenta elegir rumbos aparentemente favorables pero que en una navegación tan larga resulta contraproducentes. Por eso no para de machacarme con la navegación loxodrómica, más larga pero sin tantos vaivenes. Hasta la fecha voy moldeándome a sus intenciones y el resultado favorable es que todo el aparejo está, de momento, en perfecto estado. Veremos cuando empiece el baile.
  • Te anuncio que la calma es más insoportable que la tormenta y cuando nos acerquemos al ecuador seguro que recibiremos alguna señalada encalmada., anuncia mi compañero
  • Procuraremos comernos los puños y convocar toda la paciencia de la que dispongamos
  • Nunca había navegado tanto tiempo con viento de cola y observo que con todo el trapo que ofrece el spí conseguimos buenos promedios.
  • Seguro. Lo importante en navegación es vigilar los catavientos y adaptar el timón a sus caprichosos cambios de dirección
Confiado y satisfecho tomo mi novela de aventuras y sigo viajando con la imaginación.

  • ¡Vaya faena! ¿Cómo no me avisaste? Recriminaba sin razón al bueno de Atalayón.
    Él como siempre cargado de paciencia además del necesario conocimiento, replicó:
  • El patrón que abandona el puente para echarse a dormir se arriesga a cualquier desaguisado como el de esta noche última.
La situación anómala que descubrí al hacerme, por la mañana, con el mando de la embarcación fue que el piloto automático programado con los rumbos de la noche funcionó a su lñibre albedrío; es decir, de manera errática y en vez de dirigirnos hacia el suroeste navegamos hacia el este como si quiera aproximarse a Dakar, en la costa africana. Alertado por el fallo me he puesto en contacto con otros regatistas, parece que el problema ha sido generalizado y los enfados universales. Pero como me apunta mi sabio compañero, no todo va a ser empopadas y rumbo permanente ilustrado con una despreocupación manifiesta. Las dificultades siempre están presentes y no hay que desanimarse por su aparición más bien intentar subsanarlas. De verdad que este Atalayón es una fuente de serenidad y experiencia. ¡Suerte, he tenido de que sea mi lazarillo en esta aventura marinera!